En esta tribuna traemos a colación un estupendo artículo escrito por el Padre Jesuita Dr. Joaquín Sáenz y Arriaga, de origen mexicano, en el fragor de la lucha post-conciliar y más específicamente cuando se impuso una nueva ceremonia litúrgica llamada Novus Ordo Missae, cuya finalidad era la de sustituir el venerable Misal de San Pío V, conocido también como Misa tradicional o Misa tridentina, la cual fue codificada por el Papa Pío V al término de la celebración del Concilio de Trento. El padre Sáenz fue conocido en su momento a nivel mundial, sus escritos causaron furor en todos los países hispanoparlantes, incluso algunos fueron traducidos a varios idiomas. Mucho de lo que se dice en este artículo continúa vigente hasta el día de hoy.
LA NUEVA MISA DEBE RECHAZARSE POR MOTIVOS MORALES, por el Rev. P. Joaquín Sáenz y Arriaga
RECHAZAMOS LA “NUEVA MISA” POR MOTIVOS MORALES
Presbítero Joaquin Saenz y Arriaga (que en paz descanse)
Una vez más vamos sencillamente a repetir lo que cualquier seminarista solía aprender en sus clases fundamentales de Teología Moral: ninguna ley, aunque dimane de muy alta autoridad, puede ser considerada obligatoria si obviamente es dañosa para el pueblo, a quien se supone quiere beneficiar. Para determinar si una norma directiva es o no dañina para el pueblo, ¿qué criterio mejor podemos tener que aquél que Cristo nos dejó: “POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS” ? ¿Qué frutos ha logrado en el “pueblo de Dios” toda la reforma litúrgica y, especialmente, la “nueva misa” ? Para responder con verdad, veamos y examinemos con sinceridad lo que en las diversas parroquias y templos estamos presenciando. Pero nadie, lo ha expresado mejor que los Cardenales Ottaviani y Bacci, quienes, desde Roma, en su famosa “carta al Papa” (Paulo VI), del 3 de septiembre de 1969, manifestaron su completa repulsa de la “nueva misa” señalando de antemano los frutos que necesariamente había de ocasionar entre los fieles, en la inseguridad y en la pérdida progresiva de la fe, y entre los sacerdotes, con crisis agonizantes de conciencia.
CONTINUARÁ...
Un joven Padre Sáenz y Arriaga, verdadero profeta de estos Últimos Tiempos y voz que clamó en el desierto ante la abominación de la desolación. YO NO ME ORDENÉ PARA COMETER SACRILEGIOS.