Re: MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL DE SANTO TOMÁS DE AQUINO, O.P.
Publié : ven. 22 mai 2020 17:20
Viernes de la sexta semana de Pascua
UTILIDADES DE LA ASCENSIÓN DE CRISTO
Aunque la presencia corporal de Cristo fue arrebatada a los fieles por
la ascensión, sin embargo la presencia de su divinidad siempre permanece en
ellos, según lo que él mismo dice: Mirad que yo estoy con vosotros todos los
días hasta la consumación del siglo (Mt 28, 20). Pues, como dice el papa
San León, "el que sube a los cielos, no dejó abandonados a los que adoptó"
1. Por el contrario, la misma ascensión de Cristo al cielo, que nos privó
de su presencia corporal, nos fue más útil que lo hubiera sido su presencia
corporal:
1º) A causa del aumento de la fe, que tiene por objeto lo que no se ve.
Por eso, el mismo Señor dice a sus discípulos que el Espíritu Santo, cuando
él viniere argüirá al mundo de justicia (Jn 16, 8), es decir, de los que creen,
como dice San Agustín: "Pues la misma comparación es la vituperación de
los infieles" 2; por lo cual añade: "Porque voy al Padre, y ya no me veréis.
Bienaventurados los que no ven, y creen. Luego será vuestra justicia de la
que se argüirá al mundo, porque creéis en mí sin verme."
2º) Para excitar la esperanza; por lo que dice él mismo: Si me fuere, y
os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que en
donde yo estoy, estéis también vosotros (Jn 14, 3); pues lo mismo que Cristo
colocó en el cielo la naturaleza humana que tomó, nos dio la esperanza de
llegar allá; ya que doquiera que estuviere el cuerpo, allí también se
congregarán las águilas (Lc 17, 37). Subirá delante de ellos el que les
abrirá el camino (Miq 2, 13).
3º) Para excitar el amor de la caridad hacia las cosas del cielo. Por lo
cual dice el Apóstol: Buscad las cosas que son de arriba, en donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios; pensad en las cosas de arriba, no en las
de la tierra (Col 3, 1). Y: En donde está tu tesoro, allí también tu corazón
(Mt 6, 21). Como el Espíritu Santo es el amor que nos lleva a las cosas
celestiales, por eso dice el Señor a los discípulos: Conviene a vosotros que
yo me vaya; porque si no me fuere, no vendrá a vosotros el Consolador;
mas si me fuere, os lo enviaré (Jn 16, 7). Lo cual San Agustín explica en
estas palabras: "No podéis recibir el Espíritu mientras persistís en conocer a
Cristo según la carne 3. Pero al descender Cristo corporalmente, no
solamente el Espíritu Santo, sino también el Padre y el Hijo estuvieron
presentes en ellos espiritualmente" (Tract. XCIV, super Joan).
(3ª part., q. LVII, a. I ad 3um).
1. Serm. 2, De Resurrect., cap. 3.
2. Super. Joan., tract. 95.
3. Alude a aquello del Apóstol: Si conocimos a Cristo según la carne, mas ahora ya no
le conocemos (Cor 5, 16).